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Complejo Principal de Histocompatibilidad (CPH)

sábado, 20 de febrero de 2010 , Posted by Dr. Raul Choque at 2/20/2010 06:25:00 p. m.

 

La discriminación entre lo propio y lo extraño es esencial para que el Sistema Inmune pueda destruir cualquier agente invasor, una vez reconocido como ajeno al organismo.
Los linfocitos T no son capaces de reconocer directamente a los antígenos, sino que les tienen que ser entregados por las llamadas células presentadoras de antígenos. Al entrar sustancias extrañas en el organismo, son endocitadas y procesadas por células del sistema monocito-macrófago y expuestas en la cara externa de su membrana plasmática asociado a unas proteínas de la membrana: el HLA.
Este complejo HLA-péptido antigénico puede ser ya identificado por los linfocitos T por medio de su receptor específico (RCT), una vez realizado el reconocimiento del antígeno se desencadena la respuesta inmune. Los antígenos de histocompatibilidad deben su nombre a que fueron descubiertos por su participación en los mecanismos de rechazo de órganos trasplantados entre individuos genéticamente distintos.
Se han descrito antígenos de histocompatibilidad en todos los vertebrados estudiados. En el hombre, inicialmente las moléculas del complejo recibieron el nombre de antígenos HLA, por Human Leucocite Antigen (antígenos leucocitarios humanos) y todavía se usa como sinónimo de CPH.
El núcleo central del sistema genético que codifica el complejo CPH en el hombre está situado en el brazo corto del cromosoma 6.


 

Moléculas CPH de clase I y de clase II.

Las moléculas CPH son glucoproteínas de membrana compuestas de dos cadenas que se clasifican en.
•  CPH de clase I, se encuentran en la membrana de prácticamente todas las células nucleadas y plaquetas,  están compuestos por una cadena pesada (alfa) y una cadena ligera constante, la Beta2-microglobulina. No expresan CPH de clase I: hematíes, sincitiotrofoblasto y algunos escasos timocitos.
Las moléculas CPH de clase I mejor conocidas son HLA-A, HLA-B y HLA-C. El gen de la beta-2-microglobulina es el único que codifica parte del CPH y no se encuentra en el complejo CPH del cromosoma 6 (está en el cromosoma 15).





• CPH de clase II, presentes en la superficie de las células presentadoras de antígenos: las del sistema mononuclear fagocítico y los linfocitos B. Están formados por una cadena alfa y otra cadena beta. Las tres clases de moléculas CPH de clase II más conocidas son HLA-DR, HLA-DP y HLA-DQ.
Las moléculas CPH forman parte de la superfamilia de las inmunoglobulinas. Sus aminoácidos se disponen formando dominios globulares similares a los que forman las IG. Concretamente, cada molécula CPH forma 4 dominios  de  IG extracelulares, dos externos y dos internos. Los dos dominios externos de las moléculas CPH se encuentran plegados formando una especie de canal, que constituye el sitio de unión de los péptidos naturales. Las diferencias existentes entre los diversos antígenos de histocompatibilidad residen sobre todo en los dominios externos y constituyen la base del polimorfismo HLA. El hecho de que los linfocitos T no reconozcan al antígeno más que en combinación con moléculas HLA, añade a la fase de reconocimiento inmunitario un grado adicional de complejidad que puede tener repercusiones funcionales. Las moléculas CPH deben poseer la cualidad de poder combinarse con cualquier péptido, aunque la afinidaddeestacombinacióndependadelaestructura del péptido y de la molécula CPH correspondiente. El hecho de que cada individuo posea varias moléculas de clase I y de clase II puede constituir una ventaja, pues permitirá combinar más eficazmente a un mayor número de péptidos. La colección de moléculas CPH
que cada individuo posee le confieren un carácter específico de individualidad para organizar la respuesta inmune.



El CPH de clase I se forma al ensamblarse la cadena alfa y la beta 2 microglobulina sobre un fragmento peptídico (8-10 aminoácidos) presente en el citoplasma celular. Si no se utiliza ese péptido, la molécula no puede ensamblarse. El péptido puede ser un fragmento de una proteína propia o un fragmento vírico (en una célula infectada).
El CPH de clase I expresa antígenos procedentes del interior de la célula. Las células infectadas por virus serían detectadas mientras que los autoantígenos no desencadenarían ningún tipo de respuesta, al haber sido eliminados los linfocitos T autorreactivos en el timo.


En el CPH de clase II las cadenas alfa y beta se ensamblan independientemente del antígeno. El CPH de clase II expresa antígenos procedentes de fuera de la célula tras el procesamiento del antígeno en el fagolisosoma.

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